¿Los padres más pobres hablan menos con sus hijos?

Estudio asegura que las familias de clase baja se comunican menos con sus hijos que los de clase media y alta. ¿Qué estamos haciendo mal?



Estudio asegura que las familias de clase baja se comunican menos con sus hijos que los de clase media y alta. ¿Qué estamos haciendo mal?

El poder de la palabra es una herramienta muy importante, sólo el ser humano tiene un instrumento de comunicación tan sofisticado y poderoso para llegar a otros. En el siglo XX hemos creados más medios para trasmitir nuestros mensajes, las TICs han inundado la cotidianidad de los hogares a través de la televisión, las computadoras y los teléfonos. Pero hay un pequeño problema.

Primeros estudios



En la década de los años ochenta, dos psicólogos infantiles de la Universidad de Kansas, Betty Hart y Todd Risley, comenzaron comparando, en detalle, cómo los padres de diferentes clases sociales hablaban con sus hijos.

Hart y Risley habían trabajado en programas preescolares diseñados para potenciar las competencias lingüísticas de los niños de bajos ingresos, pero no era suficiente para acortar la brecha de logros entre ricos y pobres. Decidieron, entonces, mirar más allá del salón de clases y examinar lo que pasaba dentro de casa

Hart y Risley reclutaron 42 familias: 13 de clase alta, 10 de clase media, y 19 de clase obrera. Cada familia tenía un bebé que estaba entre siete y doce meses de edad. Durante los próximos dos años y medio, los observadores visitaron cada casa por una hora cada mes y grabaron los encuentros.

En total, Hart y Risley analizaron más de 1.300 horas de interacciones informales entre los padres y sus hijos. Los investigadores notaron muchas semejanzas entre las familias: "Todos ellos disciplinaban a sus hijos y les enseñaron buenos modales. Todos mostraron su afecto y disciplina".

Pero los investigadores también encontraron que los padres de mejor situación económica hablaron más palabras con sus hijos:

  • El número medio de palabras que los niños de clase alta escuchaban en una hora era de 1250.
  • El número medio de palabras que los niños de clase media escuchaban en una hora era de 620.
  • El número medio de palabras que los niños de clase obrera escuchaban en una hora era de 20 hasta 150 palabras.

Con el tiempo, estas diferencias diarias tuvieron mayores consecuencias. Hart y Risley concluyeron que "con pocas excepciones, los padres que hablaron más con sus hijos hicieron posible un vocabulario más rico y versátil, además de buenas calificaciones en los exámenes de IQ en niños de 3 años en adelante".

Nuevas investigaciones




El tener tantos medios al alcance de la mano hace que, en ocasiones, perdamos de vista lo importante de la comunicación interpersonal. En ese sentido, un estudio encabezado por Mark Liberman, profesor de lingüística de la Universidad de Pensilvania, reveló que los niños que mantenían conversaciones con sus padres podían desarrollar de mejor manera sus facultades cognitivas y cerebrales.

Liberman apuntó que es importante incentivar a los padres a conversar con sus hijos. Si bien también hay padres de clase alta que se mantienen distanciados de su hijos, el índice más alto es representado por las familias de clase baja.

Por otro lado, Anne Fernald, psicólogo de la Universidad de Stanford ha publicado varios artículos que analizan la influencia socioeconómica en el desarrollo lingüístico de los niños. Fernald asegura haber descubierto que en ocasiones las familias con alto poder adquisitivo pasaban más tiempo con aparatos electrónicos y generaban pocos espacios para la comunicación.


Aunque los factores culturales pueden explicar por qué algunos padres de bajos ingresos hablan relativamente menos con sus niños pequeños, la explicación más obvia es la pobreza misma. Cuando la vida diaria es estresante e incierta, resulta complicado hacer acopio de paciencia y alegría para una conversación abierta con un hijo.

En conclusión

El tiempo que dedicamos para conversar con nuestros hijos es uno de los aspectos más íntimos en la crianza de la personalidad y los hábitos culturales que se asentarán durante el crecimiento. Cualquier herramienta es útil para generar conversaciones con los niños: un libro, un juego, una foto, un paseo al parque, una actividad.

La comunicación es un gran incentivo para los niños aprendan a entablar buenas relaciones y buenos comportamientos que permitan un mejor desenvolvimiento dentro de la sociedad.

Fuente