Bloggers y Youtubers: dos caras de una misma moneda

 

¿La blogosfera está perdiendo calidad en sus contenidos?

Bloggers y Youtubers - dos caras de una misma moneda

Hace unos diez años, tener una bitácora estaba de moda. Todo lo que veíamos en Internet eran blogs, mientras que las redes sociales apenas experimentaban sus primeros prototipos. Hoy, el fenómeno de los youtubers ha dejado en la bancarrota a muchos blogueros entusiastas que se vieron obligados a migrar hacia este nuevo formato. ¿Ya nadie sabe lo que es un blog?

VER: ¿Periodismo digital en crisis? Cinco razones que explican este fenómeno

Esta es la pregunta que se hace Jesús Gordillo, un conocido bloguero barcelonés que nos invita a reflexionar sobre el empobrecimiento de los blogs en su columna Ya nadie sabe lo que es un blog.

Gordillo habla desde su propia experiencia como blogger, remarcando cómo eran los jóvenes entusiastas de hace una década frente a los ambiciosos youtubers que con 5000 visitas diarias en su canal pueden hacer una fortuna: “Los jóvenes que llegan hasta aquí ya no quieren ser bloggers, prefieren ser youtubers. Y no estoy preparado para ese cambio. No es lo mismo. Echo de menos la “blogosfera 2004/2008", su espíritu y su contenido”, afirma.

El negocio de los youtubers

El negocio de los youtubers

¿Cuánto factura un youtuber o videoblogger? Anibal Parera (periodista hipercrítico- así se describe) nos da una idea de la visión del top 10 latino con los youtubers más famosos.

Con un poco de suerte, un youtuber con unas 83 millones de reproducciones al mes puede ganar unos 3600 dólares, a menos que seas tan exitoso como German Garmendia y factures más de 40 mil dólares mensuales. ¡Madre mía!

Entiendo la desazón de Gordillo al pensar en las abismales diferencias entre ambos modelos de trabajo, pero no hallo más que contradicciones en esta suerte de reflexión inconclusa que seguramente prepara una segunda parte (eso espero). El autor dedica varias líneas para remarcar las diferencias con Twitter: “…Porque el espíritu y la relación de aquellos tiempos, que antes se extendía en párrafos, ha pasado a ocupar anotaciones de menos de 140 caracteres”, comenta al mismo tiempo que incorpora en su página un odioso selector para compartir citas en la red social del pájaro azul.



Mi primera recomendación para Gordillo es editar el código de su selector de texto, no es una idea tan estupenda como la posibilidad de añadir un comentario en cada párrafo. ¡Muy acertado!

Pero a lo que veníamos: ¿Realmente la blogosfera ha entrado en crisis? ¿Los blogs de ahora están en decadencia? ¿Hay un empobrecimiento de los contenidos?

Sí, lo hay, pero nadie puede escapar de la crisis, ésa es mi hipótesis.

El bloguero mediocre

El bloguero mediocre

José Ingenieros fue un famoso sociólogo y médico italo-argentino que en el año 1913 publicó El hombre mediocre. En el libro hace una comparación entre el perfil del hombre mediocre y hombre idealista. Mientras que el primero pasa por la vida sin trascender ni aportar nada bueno al mundo, más bien acomodado en su mediocridad intelectual; el segundo está en constante formación, generando acciones, y sobre todo, forjando nuevos ideales.

Retomo la reflexión de Ingenieros para hacer lo mismo con el caso de los bloggers. El bloguero del que nos habla Gordillo es de un espíritu mediocre, conformista, vende sus contenidos al mejor postor y orienta su línea editorial a las ganancias que obtiene por publicidad. En resumen, un blogger mercantilista.

Ahora que los conocimientos de edición  y diseño se hicieron universales, todo mundo puede añadir una linda plantilla y “montar una web al estilo The New Yorker”.

Concuerdo cuando se afirma que “la profundidad del post” ha sido reemplazada  “por la levedad de un tweet”. Las redes sociales han empujado a innovar los modelos de negocio, y cada cierto tiempo nos topamos con contenidos vacíos como este pobre intento de la bloguera Chloë Sevigny por encasillar a los bloggers más jóvenes con una indumentaria tan elitista y lejos de la realidad.

Por otro lado, está el bloguero idealista, quien dedica tiempo en forjar nuevos ideales y recurre a los medios sociales para combatir los antivalores que aprendemos en la red superficial. De seguro que ganará muy poco o lo perderá en su afán por crear consciencia en el mundo.

Lamentablemente, el bloguero idealista no es más que una construcción utópica (como lo es el hombre ideal de Ingenieros). Tarde o temprano, caemos en la misma línea del bloguero mediocre ¿Y por qué? Pues las razones sobran, especialmente cuando el público al que nos dirigimos está inmerso en todos estos aspectos banales de los que pretendemos distanciarnos. Lo más saludable es reconocernos como parte del problema en vez de remar contracorriente. Hay cosas que no se pueden evitar.

Como lo dije en mi última columna sobre la crisis del periodismo digital: “En principio debemos reconocernos como parte de esta crisis y admitir que somos vulnerables.”

Entonces mi reflexión:

Es razonable que un blogger quiera probar otras vías de innovación. Aunque el amigo Gordillo se resista al cambio, los youtubers son los nuevos bloggers, pues han evolucionado.

No hay nada más aburrido y retrógrada que permanecer tantos años en el mismo lugar, en el mismo trabajo, en el mismo modelo. Todos debemos innovar, mutar, crear. Si bien la mayoría de youtubers se aboca al entretenimiento, la plataforma de videos es lo suficientemente versátil para ofrecernos otro tipo de contenidos educativos.

De hecho, Google está creando el “aula del futuro para cambiar el mundo con la educación”, así nos explica Obed Borrero en un interesante post donde explica cómo funcionan las plataformas cooperativas como Google Classroom o el canal de Youtube for Education.

Así que, en resumen, el problema no está en si soy youtuber o blogger. Es verdad que el primero se ha hecho más famoso y rico, pero todo tiene su tiempo y razón de ser. Las cosas no tienen que ser tan superficiales, siempre hay espacios alternativos para el debate y los buenos contenidos. ¿No lo creen?

 

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