¿Llegó el momento de hablar de sexo y sexualidad con tus hijos? ¿Tan pronto? Aquí te ofrecemos algunas pautas para una buena educación sexual.
¿Llegó el momento de hablar de sexo y sexualidad con tus hijos? ¿Tan pronto? Aquí te ofrecemos algunas pautas para una buena educación sexual.
La sexualidad es parte esencial de nuestra humanidad, sin importar la edad, condición social o estatus. Lo mismo sucede con nuestros hijos, que como parte de su desarrollo y crecimiento, comienzan a realizar una serie de preguntas en torno al origen de la vida.
¿Cómo llegan los bebés? ¿Cómo hice para salir de tu barriga? ¿Por qué las niñas no tienen pene? Son algunas de las interrogantes más frecuentes en infantes. ¿Qué hacer en estos casos?
Lo primero que debes saber es que todas las personas tenemos la necesidad de hallar una respuesta al origen de nuestra existencia, especialmente cuando las situaciones de la vida cotidiana nos enseñan que anatómicamente somos diferentes entre varones y mujeres. ¿Cómo se explica un evento así?
El mismo Sigmund Freud, a inicios del siglo XIX, publicó en 1908 "Teorías sexuales Infantiles" y adelantó que el apremio de la vida conlleva a que se manifiesten las preguntas por el origen de las personas. Sin embargo, las respuestas evasivas o erróneas de los padres (como la teoría de la cigüeña), generan desconfianza e introducen la noción de una "prohibición" que los adultos intentan mantener en secreto.
Los tiempos han cambiado, y los medios de comunicación se han convertido en una proyección de estímulos que nos obligan a formular respuestas anticipadas a eventos que deberían transcurrir como parte del proceso de socialización del niño.
¿Qué significa esto? Si antes los niños comenzaban a explorar las partes de su cuerpo a partir del encuentro con otros (por ejemplo, la hora del baño en la escuela o el embarazo de un familiar), ahora tenemos la televisión, el cine, o Internet, tres vías poderosas para introducir en el hogar el tema de las relaciones amorosas, los hijos, y por supuesto, la sexualidad.
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En otras palabras, los momentos para educar sexualmente a tus hijos pueden presentarse en cualquier lugar: un banner publicitario en el supermercado, un comercial antes de la función de una película, y por qué no, una situación en el parque más cercano de casa.
¿Quién debe tomar la iniciativa? ¿Él(ella) o yo?
Muy buena pregunta. Según la Academia Americana de Pediatría (AAP), se recomienda hablar sobre los genitales y la terminología de la anatomía del cuerpo de los niños a partir de los 18 meses de edad.
Por otro lado, es preferible hablar sobre la llegada de los niños al mundo cuando comiencen a formularse aquellas cuestiones sobre el cuerpo. En ningún caso es recomendable evadir tales preguntas (recuerda que la educación sexual es un tema de salud pública)
¿Cómo debo actuar cuando comience a preguntarme?
No tienes que preparar un discurso elaborado. Una buena táctica para ganar fluidez en la conversación es comenzar preguntando por lo que tus hijos ya saben, de modo tal que ellos orienten tus respuestas a lo que realmente desean saber.
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Esto me recuerda el caso muy peculiar de un niño que al llegar a casa de sus abuelos corrió a preguntarles a uno de los dos: - Abuelo ¿Tú tienes pene verdad? - ¡No! respondió el veterano muy avergonzado por la inquietud del pequeño. - Entonces tienes vagina -agregó el niño.
¿Qué conclusión obtenemos de esta peculiar anécdota? Los niños construyen sus preguntas y curiosidades a partir de sus vivencias personales y toda la información que han podido ir recopilando. Por lo tanto, es necesario tomar en cuenta los siguientes consejos para facilitar una conversación responsable y adecuada para su edad. Veamos:
- No te rías por las preguntas que hace tu hijo. Recuerda que ellos recién están aprendiendo y podrían limitar cualquier nueva iniciativa sobre el tema.
- Trata de no mostrarte avergonzado. Piensa que tarde o temprano llegaría el momento de hablar de sexo y sexualidad.
- Utiliza términos sencillos para explicar tu respuesta. Mientras más compleja o técnica sea la respuesta, es probable que mayor sea su confusión.
- Sé sincero(a): usa el nombre correcto de cada parte del cuerpo.
- Al terminar de dar una explicación no des por concluso el tema. Recuerda formular otras preguntas como ¿Resolví tu duda?
- Observa las reacciones de tus hijos para saber si estás aclarando sus dudas.
- Ármate de paciencia para repetir las cosas de ser necesario.
Es importante indicar que tanto las preguntas como respuestas dependen de la capacidad de comprensión y la edad del niño. Veamos cuáles son las preguntas más frecuentes según la edad y la etapa en la que se encuentran:
18 a 3 años de edad
En este periodo los niños se encuentran en pleno proceso de aprendizaje sobre las partes de su cuerpo. Señala con los nombres apropiados cada parte.
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4 a 5 años de edad
Es la edad ideal para formular todas las preguntas sobre sexualidad, anatomía del sexo opuesto, y origen de la vida. ¿De dónde vienen los bebés? ¿Cómo hice para salir de tu barriga? ¿Por qué las niñas no tienen pene?
5 a 7 años de edad
Las preguntas, por lo general, están orientadas a las relaciones interpersonales: ¿A partir de qué edad se puede tener un bebé? ¿Por qué un niño tiene erecciones? ¿Cómo se tienen relaciones sexuales?
8 a 9 años de edad
A estad edad es altamente probable que tengan una noción más elaborada sobre lo permitido y prohibido en la sexualidad humana. Sin embargo, esto sólo es el comienzo para formular una serie de preguntas como ¿Qué es la menstruación? ¿Por qué algunos hombre se besan con otros hombres?
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En Conclusión
Hablar con tus hijos sobre sexo y sexualidad es una oportunidad para educarlos con valores y obtener una respuesta a sus inquietudes. Los padres somos la fuente más confiable y honesta para despejar sus primeras dudas existenciales. ¡Buena suerte!
Bibliografía:
Caring for Your School-Age Child: Ages 5 to 12 (Copyright © 2004 American Academy of Pediatrics)
S. Freud, Sobre las teorías sexuales infantiles" (1908c), Amorrortu